
En muchas empresas, sobre todo en las pymes, hay personas que no figuran en el organigrama como imprescindibles, pero lo son. Son quienes conocen todos los detalles de los procesos, quienes tienen la confianza de los clientes clave, o quienes resuelven problemas de manera casi automática porque llevan años haciéndolo. ¿Qué pasaría si mañana no estuvieran?
Ahí es donde entran en juego los planes de sucesión. Se trata de estrategias que permiten identificar, preparar y acompañar a personas dentro de la organización para que puedan asumir funciones críticas cuando sea necesario. No hablamos solo de altos directivos, sino también de perfiles técnicos, comerciales o administrativos que son fundamentales para el día a día.
¿Qué es un plan de sucesión y por qué es tan necesario?
Un plan de sucesión es una herramienta que ayuda a prevenir interrupciones graves en el funcionamiento de la empresa cuando una persona clave se va. Ya sea por jubilación, el cese en la empresa, una baja prolongada o incluso una promoción; en definitiva, su ausencia puede generar un vacío difícil de cubrir.
En lugar de improvisar cuando llega ese momento, el plan permite anticiparse. Se identifica qué puestos son críticos, quién podría reemplazarlos y qué necesitan las personas que sustituyen para estar preparadas a tiempo.
CLAVES PARA PONERLO EN MARCHA
1. Identificar los puestos clave. No todas las funciones necesitan un plan de sucesión. El primer paso es analizar cuáles, en caso de quedar vacantes, causarían un impacto importante. En este sentido, algunas de las preguntas que también ayudan a identificar personas clave son las siguientes:
- ¿Quién toma decisiones que afectan a muchas personas?
- ¿Quién gestiona información o relaciones estratégicas?
- ¿Qué perfiles son difíciles de encontrar en el mercado?
2. Detectar talento interno. Una vez detectados los puestos clave, el siguiente paso es mirar hacia dentro. ¿Tenemos a alguien en la organización que podría ocupar ese rol de inmediato con garantías? Si no fuera así, ¿podría llegar a estarlo con la formación adecuada?
3. Formación y acompañamiento. Un plan de sucesión no es solo una lista de nombres. Requiere tiempo, recursos y compromiso. Es importante trazar un camino claro: (acompañamiento, mentoring, formación técnica o de liderazgo, asignación progresiva de responsabilidades…).
4. Comunicación clara y realista. No se trata de generar falsas expectativas ni de prometer ascensos inmediatos. Se trata de identificar potencial y construir confianza. La transparencia en este proceso es clave para evitar conflictos y retener talento.
CONCLUSIÓN
Un plan de sucesión no es solo una medida de seguridad. Es una declaración de compromiso con el futuro. Es una forma de proteger el conocimiento, cuidar a las personas que lo hacen posible y evitar que la empresa se paralice ante un imprevisto. Y lo más importante: es una oportunidad para apostar por el talento interno y fortalecer la cultura organizativa.