La Confederación de Salud Mental en España afirma que 1 de cada 4 personas sufre o sufrirá a lo largo de su vida un trastorno mental y actualmente cerca de la mitad de ellas no recibe ningún tratamiento o éste no es el adecuado. La incapacidad del sistema público de sanidad de atender adecuadamente todas las afecciones relativas a la salud mental se debe en buena parte a la falta de profesionales especialistas, ya que en España hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes, mientras que la media europea alcanza 18 por cada 100.000 habitantes.
Aunque una de las principales causas de los Trastornos Mentales y del Comportamiento, (en adelante, TMC), es la actividad laboral, evidentemente no todos los TMC provienen de ésta. Dejando a un lado las cuestiones personales y familiares, en la relación laboral encontramos factores que pueden provocar un entorno negativo que incrementa la probabilidad de la baja laboral por estrés, ansiedad o depresión como consecuencias más habituales. Diferentes estudios apuntan a temas como que el trabajo no cumple suficientemente las expectativas básicas de la persona, salarios insuficientes, precariedad, alta rotación, jornadas excesivas o poca conciliación con la vida familiar, como los principales factores laborales que incrementan el riesgo de padecer TMC.
Por otro lado, vemos que según el Informe de absentismo laboral de Randstad Research del primer trimestre de 2023, la pérdida de horas de trabajo pactadas en España por este motivo alcanza el 6,3%, lo que se traduce en que 992.000 personas se encontraban de baja médica de promedio en dicho trimestre. Del total del absentismo laboral, el 74% corresponde a bajas por Incapacidad Temporal.
Número de personas que no acudieron a su puesto de trabajo un día por término medio.
Fuente: Randstad Research
Si además tenemos en cuenta que según un informe de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) en el periodo entre 2015 y 2021 el 6,5% de las bajas iniciadas y el 15% de los días de baja por contingencia común (exceptuado el COVID-19) han correspondido a TMC. Es la segunda causa de las bajas médicas después de las afecciones musculo-esqueléticas y la de mayor duración promedio. Asimismo, la incidencia media de esta contingencia se ha incrementado en el periodo estudiado en un 17%, alcanzando el 1,96% de los trabajadores, siendo más acusada la afectación en los grupos de edad inferior a 35 años con un 2,16% y en mujeres más frecuente que en hombres.
La duración media de las bajas finalizadas por TMC se está incrementando en los últimos años y es creciente en relación a la edad de los trabajadores con una media de 98 días, 67 días en menores de 35 años, 101 días de 35 a 49 años y 135 días en mayores de 49 años, siendo en cualquiera de los casos superior a la duración media de las bajas por contingencias comunes que se aproxima a los 35 días.
En un estudio del Observatorio Zeres se evalúa la proyección de la frecuencia, duración y evolución que los TMC están teniendo en los últimos años y se estima que el coste de las bajas por dichos trastornos podría superar los 30.000 millones de euros en 2023, lo cual puede suponer más de dos puntos del PIB de mantenerse la tendencia actual, convirtiéndose por lo tanto en un problema que trasciende el ámbito sanitario, impactando fuertemente a los entornos empresariales, políticos y económicos de la sociedad actual.
