Coronavirus y mercados financieros
La aparición del Coronavirus COVID-19 en China en enero de 2020 y su reciente expansión global a un gran número de países, ha motivado que el brote vírico haya sido calificado como una pandemia por la Organización Mundial de la Salud desde el pasado 11 de marzo. La situación actual provocada por la pandemia del COVID-19 y las medidas adoptadas, como la declaración de estado de emergencia, van a tener un reflejo social y económico potente.
Desde que empezó la crisis sanitaria los principales índices bursátiles han experimentado un comportamiento muy negativo reflejando el impacto negativo e impredecible en la economía mundial. Sin embargo, en las últimas semanas y coincidiendo con las medidas lanzadas por los principales bancos centrales, fundamentalmente el americano, hemos visto una recuperación que no debe considerarse todavía como definitiva.
Estas caídas son consecuencia, en primer lugar, de que en las últimas semanas hemos asistido a un cambio significativo en el escenario económico, ya que hemos pasado de un sólido crecimiento donde no tenía mucho sentido seguir manteniendo tan bajos los tipos de interés, a un ambiente donde los tipos cero decretados por los bancos centrales son perfectamente justificables, ante la amenaza de recesión inminente.
Es evidente que el crecimiento se va a derrumbar en todo el mundo y a pesar de todos los estímulos aprobados, habrá efectos negativos a largo plazo. Se habla de caídas del PIB en el entorno del 30% interanual, aunque el impacto total dependerá de la duración de la crisis. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona el tema sanitario y cómo se ven afectados países (Estados Unidos, Brasil, India, México) a los que los efectosdel coronavirus están llegando más tarde.
Broker se lamenta ante las caidas de la bolsa en China
Como decíamos, los mercados financieros no han sido ajenos a esta situación excepcional, sino que recogen y anticipan estas situaciones: las valoraciones de todos los activos, ya sean bonos de gobiernos o de empresas y las acciones, se han visto muy afectados negativamente, al igual que los activos inmobiliarios. En resumen, ha habido pocos activos donde refugiarse.
Así, las bolsas mundiales han terminado el trimestre con caídas superiores al 25% ( -28% en el caso del Ibex), pero la crisis desatada a causa del coronavirus ha afectado también enormemente a la renta fija (bonos). Muchas compañías han anunciado suspensión de sus dividendos, y, por otro lado, la prima de riesgo española ha ampliado de 65 a 120 puntos, con lo que la rentabilidad media de los fondos de renta fija en este primer trimestre ha sido cercana al -10%.
¿Qué va a pasar en los próximos días? La gran incógnita a despejar en primer lugar es la duración del parón económico mundial.
Tenemos información de la evolución de esta pandemia en China y en Italia, para poder predecir el comportamiento esperado, tanto en España y Estados Unidos, países que han entrado más tarde en la crisis, como en el resto de mercados europeos y latinoamericanos. Es de esperar todavía un comportamiento negativo de los mercados las próximas semanas, a la espera de empezar a ver datos sanitarios más positivos. Si es así, se puede contemplar una relajación progresiva del confinamiento a partir de finales de abril o principios de mayo, porque en caso contrario el impacto económico sería brutal.
Además, en el ámbito económico de la Unión Europea, el fuerte parón económico puede precipitar fórmulas como los llamados “coronabonos” o instrumentos similares, que ayuden a la financiación de las importantes medidas puestas en marcha. De lo contrario es de esperar un fuerte crecimiento del euroescepticismo, que sería una fuente de incertidumbre en los próximos años.