Protección Empresas por Pérdida Funcional de Empleados Clave: Valoración del Impacto Financiero
El tejido empresarial español se caracteriza, con carácter general por ser un tejido micronizado (el 97% de las más de 3 millones de empresas facturan menos de 2 millones de euros y el 95% emplean a menos de 10 trabajadores) y presentar una situación financiera y patrimonial “francamente mejorable”.
La severidad de las consecuencias que con carácter general supone, para la continuidad de la actividad empresarial, la pérdida funcional (por fallecimiento o incapacidad permanente) de un trabajador clave obliga a la propiedad a realizar un análisis de detalle del impacto que podrá tener dicha circunstancia en sus distintos grupos de interés (socios, familia de los socios, colaboradores, clientes, proveedores, mercado, competencia, inversores…) y en concreto en la situación financiera de la empresa a partir de ese momento.
En concreto, en relación al impacto financiero en la cuenta de resultados, dos son las posibles consecuencias por la pérdida de un trabajador clave:
- La pérdida de un trabajador clave puede generar (o no) un escenario de pérdida de ingresos durante un determinado periodo de tiempo (con carácter general, de uno a tres años). La concentración de competencias en manos de determinados trabajadores (ámbitos comercial u operacional) puede generar una reducción tanto de la capacidad de compromiso (comercial) como de respuesta (operacional). En empresas de facturación inferior a 10 millones de euros, el porcentaje de pérdida puede oscilar entre el 2,5 y el 10% de la cifra neta de negocios.
- La pérdida de un trabajador clave puede generar (o no) un escenario en el que se tenga que incurrir en un sobrecoste durante un determinado periodo de tiempo (con carácter general, de uno a tres años). La política retributiva determina normalmente si estamos ante “salarios de mercado” o no. El hecho de que el “salario” del trabajador clave sea inferior al de mercado, obligará a incrementar el coste empresa dedicado a retribuir a su sustituto; asimismo se pueden generar costes asociados a su contratación (por reclutamiento, integración y formación).
Son muy diversas las medidas o alternativas que pueden permitir minimizar dicho impacto, entre las que destacan la ingeniería de procesos o la búsqueda de un posible relevo. Sin perjuicio de las alternativas citadas en el ámbito operacional (diversificación del riesgo) o estratégico (búsqueda de personas que puedan sustituir con el mismo nivel de garantía y eficacia al trabajador) que la empresa puede acometer en todo momento, lo que parece razonable es asegurarnos de que cuente en todo momento con recursos suficientes para hacer frente a una situación tan difícil y compleja como es la de sobrevivir a la pérdida de un trabajador clave. Para ello, resulta preciso valorar las consecuencias económicas que se puedan producir y dotar a la empresa de una estructura de protección adecuada a las características de cada caso.